La carta de navegación es una representación gráfica esencial para la seguridad en la navegación marítima. Detalla profundidades, peligros y referencias visuales para guiar a las embarcaciones. Su precisión permite identificar la posición actual, planificar rutas y sortear riesgos, funcionando como una herramienta estratégica fundamental, similar a la planificación en el Balanced Scorecard.

Por Rodrigo Terzán Gómez: Director Comercial Alfalytics, Subgerente Procesos de Negocio y Control de Gestión en INCIB Chile/Perú. International Business Management, Georgetown University, Mc Donough School of Business Washington D.C., USA; Máster Negocios, Universidad Lleida; Máster Administración, Europea Madrid; Ingeniero Civil Industrial, Escuela Negocios UDLA. Profesor UAH-INACAP-PUCV.

La carta de navegación o carta náutica es una representación gráfica de una porción de la superficie del mar y costa adyacente, dibujada en papel plano para su consulta, guía o interpretación, bajo cierta escala de representación a su tamaño real, de forma muy semejante a la realidad, con cierta orientación y exactitud.

Su trazado se logra mediante un “sistema de proyección”, -la base de un plan estratégico- adecuado según sea la finalidad que tiene éste y un buen análisis de datos tanto internos como externos, para sortear la gran cantidad de riesgos en el mar.

“En ella se indica las profundidades del mar y un prolijo detalle de la configuración marítima –el escenario proyectado-, de modo que permita navegar por ella –camino a seguir- a los buques o embarcaciones –organizaciones-, sorteando los peligros –riesgos externos-.”

Además, debe señalar los objetos naturales y artificiales que existen fijos en tierra –elementos ya establecidos en la organización-, que sean visibles desde el mar y puedan servir de referencia al navegante para obtener su situación y trazar rumbos –tomar decisiones-.

Es así que éstos deben “idearse claramente” y “diseñarse” de modo que indique los “detalles útiles al marino” con toda la precisión posible y en todas las circunstancias previsibles –planes, programas y presupuestos-.

En ella se puede fijar la posición geográfica en que se encuentra la nave -en donde se está hoy-en cualquier instante, por cualquier procedimiento (astronómico, estimaciones, demarcaciones a la costa, radiogoniómetrico, satelital, etc.) lo que permite determinar el nuevo rumbo – donde se quiere llegar (Visión)- y distancia que deberá navegar para ir a otro punto -objetivos y metas-, eludiendo los peligros indicados en la misma carta -los riesgos que podrían existir-.

a) La planeación un proceso estratégico fundamental para el Balanced Scorecard

La planeación o planeamiento es un “accionar” que está vinculado a “planear”, este verbo por su parte, consiste en elaborar y desarrollar un plan -un bosquejo de la realidad, en buen chileno “lo que hay y lo que falta en nuestro bosque”- al planear se esboza cual es la razón de ser y los propósitos –misión- de una persona, institución u organización.

Planeando se puede visualizar en donde se está hoy, y también a donde se quiere llegar, saber cuáles son los elementos y metas definidas que serviran en nuestro Balanced Scorecard y/o CMI, que riesgos podrían existir y las oportunidades previsibles para la ejecución, que circunstancias son probables que se presenten, entre otros; todo esto permite dar una óptica general a fin de diseñar nuestra “carta de navegación”. En definitiva, el fin es:

  1. Definir lo que se desea
  2. Diseñar alternativas
  3. Decidir alternativas
  4. Decidir formas de accion
  5. Definir desenvolvimiento

b) Los Planes, asegurando el camino al éxito:

En equipos de planificación este proceso de proyección se inicia identificando claramente (1) lo que se desea, recordemos que el éxito consiste en obtener lo que se desea, luego se debe establecer con claridad (2) los propósitos que se pretenden, la intención o ánimo de hacer o dejar de hacer algo, es un objetivo, que se quiere conseguir y que requiere de esfuerzo y de ciertos sacrificios, por ejemplo, puede tratarse de una meta. Estos deben (3) converger en ideas muy claras; para esto, se debe (4) contar con la información relevante, un buen análisis de datos, además de (5) libertad de pensamiento –que las ideas fluyan-, dejando que (6) la imaginación transite sin limitaciones por alternativas diversas.

De las “ideas muy claras” generadas por estos elementos, se deben seleccionar las mejores para desarrollar el “Plan Estratégico” o escenario(s) general(es), los cuales deben ser realistas y deberán “revelar o dejar ver” el “camino” más corto, seguro, eficiente, eficaz y económico para lograr aquello que se aspira y se ha hecho explícito en los objetivos propuestos y definidos.

Del plan estratégico florece de manera natural los “programas” que implican la calendarización de las tareas y actividades que se deben ejecutar en tiempo, costo y calidad, de acuerdo con el plan estratégico, además de la asignación de recursos económicos y financieros mediante el establecimiento y desarrollo de “presupuestos” que financien este plan estratégico.

Al ejecutar las acciones o dar movimiento a los planes de manera correcta, y haciendo los ajustes necesarios en función de los escenarios que se lleguen a presentar el entorno –por ejemplo análisis PESTAL en análisis de entorno y análisis CAME desarrollo de estrategias-, que constituyan riesgos u ofrezcan oportunidades a la organización, se lograrán los resultados deseados, los que deberán confrontarse y evaluarse constantemente -a través del Balanced Scorecard y/o CMI-, con respecto a lo establecido en el plan estratégico, asegurando así la mejora continua del desempeño del plan estratégico, y con ello aproximarse y eventualmente lograr el éxito deseado por el equipo.

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