El creciente interés por la sostenibilidad ha impulsado con fuerza las inversiones que cumplen criterios de responsabilidad ambiental, social y de gobierno corporativo (ESG).En este artículo mostramos que la necesidad de información que permita evaluar la sostenibilidad de las inversiones y gestionar portafolios con criterios ESG ha llevado a una proliferación de índices ESG controlados por diversos proveedores de información que miden la sostenibilidad de diversas maneras. Finalmente, se discuten los desafíos y oportunidades para la ciencia y profesionales contables que surgen de esta dificultar para medir los aspectos ESG.

Publicado en revista Gestión y Tendencias. Por Tiago Alves, CEO Alfalytics y Víctor Muñoz, Ph.D. Management.

En los últimos tiempos se observa una creciente demanda  por información relacionada  con  las  prácticas  ambientales, sociales y de gobierno corporativo de las empresas, y el desarrollo de  diversas  clasificaciones  de  desempeño  ESG ( Environmental, Social and Corporate Governance). En efecto, según datos de Google, las búsquedas de términos relacionados a ESG en la web casi se cuadruplicaron en el último año.



Este  interés  general  se  refleja  en  la  importancia  que  han  alcanzado  la  inversión  financiera  en  activos  cuya  administración  considera  elementos  de  ESG.  Según la OECD, en Estados Unidos aproximadamente  20%  de  los  activos  gestionados  profesionalmente,  equivalentes  a  US$  11  trillones,  pueden  considerarse  en  esta  categoría,  mientras  que  en  Europa  estas  inversiones exceden los US$17 trillones.

Esto refleja una mayor exigencia de las partes interesadas en las empresas, los llamados  stakeholders,  por  un  mayor  compromiso  para  reducir  impactos  ambientales  y  sociales  que  ocasionan  sus  operaciones,  junto con una mayor transparencia de gestión, buenas prácticas y el comportamiento responsable de los directores. Los investigadores también    muestran    gran  interés  por  el  ESG. Por  ejemplo,  una  investigación  analizó  evidencia  de  más  de  2.000  estudios  previos,  encontrando  una  relación  positiva  entre  ESG  y  desempeño  financiero  corporativo,  de  forma  estable  a  lo  largo  del  tiempo.  Sin  embargo,  otros  estudios  muestran  resultados  menos  categóricos. Por ejemplo, Berg et al, muestran  que,  en  el  peor  de  los  casos,  la  incorporación de criterios ESG en la definición  de  portafolios  de  inversión  no  perjudica las ganancias. Además, se ha avanzado  en  integrar  los  criterios  ESG  al  CAPM  (Capital Asset Pricing Model), que es el modelo más reconocido para la valoración de activos riesgosos. En definitiva, el impacto de  las  inversiones  en  sustentabilidad  por parte  de  las empresas  en  el  retorno  de  las  inversiones aún es un tema abierto para la investigación.


Un  aspecto  central  que  dificulta  el  avance  en  el  área  de  ESG,  tanto  en  el  ámbito  empresarial  como  en  el  ámbito  de  la  investigación,  es  la  falta  de  estandarización  de  las  medidas  ESG.  Existen  múltiples  clasificaciones  de  ESG  de  distintos  proveedores,  por  ejemplo,  KLD  de  MSCI  Stats,  Sustainalytics  de  Morning  Star,  Vigeo  Eiris  de  Moody,  entre  otros,  que  como  muestran  Berg  et  al,  difieren  de  forma  significativa  en  distintas  dimensiones.  Estas  diferencias  están  asociadas  a:  i)  los  atributos considerados, por ejemplo, algunas clasificaciones  incluyen  a  las  actividades  de  lobby,  mientras  otras  no;  ii)  forma  de  medición,  es  decir,  las  agencias  clasificadoras  pueden  medir  un  mismo  atributo  de  distintas  formas,  por  ejemplo,  orientándose  a  la  verificación  de  la  existencia  de  ciertos  códigos de conducta seguridad laboral o a la  alternativa  de  evaluar  los  resultados  de accidentabilidad  y;  iii)  ponderación  de  los  atributos  considerados,  es  decir,  las  clasificadoras  pueden  asignar  distinta  importancia  a  cada  atributo  incorporado  en  sus  clasificaciones.

Otros  estudios  también  refuerzan  las  críticas a las falencias de los sistemas de clasificación ESG. Un artículo de Olmedo,  encuentra  que  las  agencias  clasificadoras  no  integran  completamente  los  principios  de  sustentabilidad  en  el  proceso  de  evaluación   de   sustentabilidad   corporativa.   En  este  mismo  contexto,  un  estudio    de  Drempetic,   analizando   el   popular   rating  de  Thomson  Reuters  ASSET4  ESG,  identifica una correlación positiva y significativa entre tamaño de la firma y el puntaje ESG, levantando el cuestionamiento sobre si  la  forma  en  que  el  puntaje  ESG  mide  la  sostenibilidad corporativa brinda una ventaja  a  las  empresas  más  grandes  con  más  recursos,  posiblemente  no  entregando  a  los  inversionistas  que  buscan  realizar  inversiones sostenibles y responsables la información necesaria para tomar decisiones basadas  en  sus  creencias.  

En  este  mismo  sentido,  Berg  et  al.  (2020)  encuentran  la  existencia  de  un  efecto  evaluador  (rater  effect),  por  el  que  una  empresa  que  recibe  un  alto  puntaje  en  una  categoría  tiene  mayor  probabilidad  de  recibir  altos  puntajes  en  todas  las  demás  categorías  por  el  mismo evaluador, lo que podría explicarse por la práctica común entre las clasificadoras  de  dividir  el  trabajo  entre  los  analistas  por  firma,  más  que  por  categoría.  

Como  conclusión,  se  hace  necesario  mantener  abierta la discusión acerca de qué es exactamente  lo  que  se  debe  medir  de  ESG  y  si  los  inversionistas  que  buscan  direccionar  recursos  a  negocios  sostenibles  pueden  alcanzar  sus  objetivos  con  las  mediciones  actuales disponibles.La  falta  de  estandarización,  comparabilidad  y  transparencia  de  estas  medidas  se  han  transformado  en  una  gran  dificultad,  tanto para las empresas que buscan repor-tar  sus  acciones  de  sustentabilidad,  como  para  los  inversionistas  que  buscan  comprender y cuantificar estas acciones.

El avance de las exigencias regulatorias

Es un hecho que la Contabilidad, como una ciencia social aplicada, se ha dedicado por siglos a definir estándares de clasificación y medición siguiendo principios como el de la  comparabilidad,  transparencia,  fidedignidad,  entre  otros.  Hay  una  máxima  de  la  contabilidad  gerencial  que  dice  que  “solo  se  puede  mejorar  lo  que  pueda  ser  medido”, y el desafío que enfrenta el mercado y la  sociedad  para  emprender  acciones  capaces de mejorar la sustentabilidad es justamente ese: medir la sustentabilidad. Bajo este  escenario  la  Fundación  IFRS,  fideicomisarios del IASB- organización a cargo de la  emisión  de  las  normas  internacionales  de  información  financiera,  NIIF/IFRS, que  siguen empresas de más de 140 países- en septiembre de 2020 publicó un documento de consulta para determinar si existía la necesidad  de  estándares  globales  de  sostenibilidad;  si  la  Fundación  IFRS  debería  desempeñar  un  papel  en  el  desarrollo  de  dichos  estándares;  y  cuál  podría  ser  el  alcance de esa función. La retroalimentación a la consulta confirmó la necesidad urgente  de  estándares  globales  de  informes  de  sostenibilidad  y  apoyo  para  que  la  Fundación desempeñe un papel protagonista en su desarrollo.

En abril de este año de 2021, la Fundación IFRS  hizo  público  un  proyecto  de  norma,  que  propone  y  detalla  ajustes  a  la  Constitución  de  la  Fundación  IFRS  para  permitir  el establecimiento de una Junta de Normas Internacionales  de  Sustentabilidad  (ISSB).  Con la instauración de esta junta, se podrá dar  inicio  al  desarrollo  de  estándares  para  la   información   de   sustentabilidad   bajo   IFRS. 

El desafío y la oportunidad para las universidades que imparten programas de contabilidad

Todo este proceso abre una serie de oportunidades  para  los  contadores  y  exigirá  formación, educación continua y, para muchos, significará tener que aprender desde cero  un  tema  emergente.  También  signifi-cará un desafío para las Universidades que imparten  carreras  de  Contabilidad,  en  el  sentido  de  incorporar  rápidamente  estos elementos  en  sus  currículos  de  pregrado  y  posgrado,  a  fin  de  brindar  al  mercado  y  a la sociedad en su conjunto profesionales contables  habilitados  para  ofrecer  información   relacionada   a   la   sustentabilidad   bajo este futuro conjunto de normas. El  aporte  que  puede  realizar  la  Ciencia  Contable  a  la  sociedad  es  tremendo.  Una  vez  que  el  mercado  y  la  sociedad  puedan  contar  con  información  más  fidedigna  y  comparable, se podrá observar una mejora en  la  eficiencia  de  las  inversiones,  ya  que  con  informaciones  más  completas  las  inversiones  intencionadas  a  emprendimientos   sustentables   podrán   fluir   de   forma   más eficiente hacia aquellas empresas que realmente  lo  ameritan.  También  se  podrá  facilitar  la  regulación  por  parte  del  Estado  y  una  mayor  comprensión  por  parte  de  todos  acerca  de  los  impactos  negativos  y  positivos   que   tienen   las   organizaciones   empresariales en nuestra sociedad.

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